El Matrimonio
Los padres de Emilia se llaman Ramón Chapellín y Trinidad Istúriz de Chapellín.
Los esposos Ramón y Trinidad contraen matrimonio el 30 de enero de 1845, en la Iglesia Catedral de Caracas. Ambos son de raigambre religiosa sincera. Asisten a misa los domingos juntos y rezan casi a diario el rosario.
Ambos viven su fe cristiana unida a un compromiso solidario con los pobres y enfermos.
La Familia
Dios bendice la unión de los esposos con doce hijos. Emilia es el número nueve de los hermanos. Nace el día 7 de diciembre de 1858, víspera de la solemnidad de la Inmaculada Concepción.
La niña Emilia Chapellín Istúriz, entra en el templo en brazos de sus tíos padrinos Miguel Chapellín y Manuela Istúriz. Es el día 12 de enero de 1859. Le administra el sacramento del bautismo en la parroquia Catedral de Caracas.
Al año y once meses, la niña Emilia recibe el sacramento de la Confirmación en la parroquia Catedral de Caracas.
Madre Emilia junto a su hermana fueron las fundadoras de las Hermanitas de los Pobres.
Estudios
Comienza los estudios hacia los siete años (1865). Durante la primera infancia, Emilia dispone de una intitutriz que la educa humana y cristianamente. Los padres de Emilia la inscriben en el plante "Montserrat". En este plantel particular estudia lectura, escritura, castellano, matemáticas, historia, geografía, manualidades y labores propias del sexo.
Primera Comunión
Avanzado los estudios y cerca de los doce años, según la costumbre pastoral del tiempo, Emilia prepara su primera comunión.
VOCACIÓN DE SERVICIO
Sentimientos de solidaridad
Dios sensibiliza de manera extraordinaria el corazón de Emilia. Cuando sale de un tugurio, una dama de alta sociedad se detiene e increpa a Emilia porque rebaja su hidalguía visitando esos lugares por asistir a personas tan bajas. La joven con dignidad sorprendente responde con sencillez y ecuanimidad: "Señora, Jesucristo entró en casa de Zaqueo y se hospedó en ella. El vino a buscar a los pecadores".
Emilia se prepara con tiempo
Dios ilumina el interior de cada corazón y siembra sentimientos distintos. Emilia, desde su juventud primera, siente atracción hacia la vida religiosa, como decía su hermana "Era una perfecta mojigata".
Su inclinación profunda, no es el matrimonio. Su vocación es servir a los enfermos.
Fray Olegario de Barcelona
En el camino de su discernimiento su director espiritual, el párroco de La Pastora, Fray Olegario de Barcelona la ayuda, la alienta, etc. Con su respaldo decide dar el paso hacia esta comunidad, aunque deba romper con el hogar y salir de su patria.
Un sólo retrato de la joven
Descripción: "Rostro ovalado, ojos hermosos, claros y serenos de mirada dulce y profunda, boca recta, labios semiondulados, cuello esbelto y traje negro. El conjunto de su fisonomía revela gran modestia. Foto de medio cuerpo".

Primer encuentro fortuito con el padre Machado
Sólo queda despedirse de Mons. Críspulo Uzcátegui. Se acerca a palacio y comparte con el prelado durante unos momentos.
Años después, el padre Machado recordará este encuentro y escribirá con palabras textuales:
-Monseñor, ¿quién es esa joven que acaba de salir de la presencia de su Señoría? Parece persona de gran virtud.
-Es la señorita Emilia Chapellín y dedica su vida al servicio de los pobrecitos enfermos y desamparados.
Con las Hermanas Terciarias Franciscanas de Curazao
Emilia con su padre y con su hermano se embarcan en La Guaira rumbo a Curazao. Olegario despide cib bendición de misionero a su hija espiritual y le entregan la carta de presentación. Luego llegan a la Casa de Noviciado de las Hermanas y Don Ramón les hace entrega de su hija. Emilia se despide del padre y del hermano y comienza una vida nueva.
Ahora puede ser toda de Dios sin interferencias sociales o familiares.
Se sentía feliz y contenta en su nueva familia. Los testimonios de su entrega son muy valiosos.
Enfermedad y regreso a Caracas
Emilia enferma de extrema gravedad, situación sumamente delicada. Don Ramón, arregla el viaje, sale en tren inmediato para la Guaira y desde allí se embarca rumbo a la isla.
Con dolor y llanto, deja Emilia el convento y a sus Hermanas, y sale de su paraíso donde creyó haber fijado morada para siempre. Una frase salida proféticamente de labios de la superiora: "A usted Dios le quiere en un rinconcito de su patria".
Entre los que la esperan en Caracas, está su padre espiritual, Fray Olegario de Barcelona.

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